viernes, 3 de diciembre de 2010

Mi ejemplo de vida:*

El, entrena en los Halcones de Xalapa desde hace 4 años aproximadamente.


Vivió toda su vida en el Farallón, donde todo es como alguien quisiera vivir su vida siempre, sin el tráfico de la ciudad, sin delincuencia, respirar aire puro todos los días, amigos inigualables, etc.


Aproximadamente a los 14-15 años para el todo dio un giro de 360grados. Empezó a tener gusto por el basquetboll, especialmente en los Halcones, pero sabia que no iba a hacer fácil el cambio de vida que le esperaba.


Un día se decidió a ir a preguntar, con gusto lo atendieron y recuerdo que me dijo que el primero que lo recibió, fue, hasta ahorita, su coach: Berna.

Aun transmite la emoción que sintió cuando lo aceptaron. Para el significo tanto, poder decirles a sus amigos que una de sus metas empezaba a cumplirse, y decirles a sus papas que lo había logrado, que había logrado el 1er paso: entrar a Halcones.


Entonces fue cuando su modo de vida cambio. En la mañana viajaba del Fara a Veracruz a la escuela, se salía mas temprano para poder tomar el camión de la 1 y llegar a Xalapa. Entrenaba de 2 a 4, a veces sin comer, pero las ganas de entrenar, lo compensaba.


Terminando, tomaba el primer camión de regreso al Farallón.


Derrepente, esa rutina de todos los días, empezó a agotarlo, haciéndolo pensar por un momento en ya no regresar a entrenar. Era difícil ver el camión pasar lleno de sus amigos rumbo al Fara, sin preocuparse por llegar a tiempo, por comer, pero esas ganas de demostrar podía mas que cualquier cosa.


La decisión de venirse a estudiar a Xalapa, por entrenar, fue una decisión difícil, dejar tu vida por cumplir sus metas, es algo que solo pocos lo hacen, como EL.


Paso por varias escuelas, hasta que llego a la moto, donde lo conocí.


Vivía en casa de su abuelita, donde la vida, no era tan vida. Ya no veía la hora de que fuera viernes, para regresar al Fara y sentir ese abrazo de su mama que toda la semana necesito, para sentir el cariño de sus amigos al verlo, pero sobre todo para poder estar en su casa, dormir en su cama.


Fue cuando empezó a valorar cada detalle, cada instante, cada momento, con su familia. Y a vencer cada problema y cada piedra que se le ponía en el camino.


Cuando llegaba el Domingo, regresar a Xalapa, era para el, como un hoyo en el estomago.

Mientras me contaba, la voz se le cortaba, los ojos se le llenaban de lagrimas, pero para mi era sentirme tan orgullosa de el como de nadie lo estuve. Pero también era reflexionar sobre que estoy haciendo yo? teniendo a mis papas todo el tiempo y no darle ese valor que se merecen.

Hasta el día de hoy,  no eh dejado de ver un solo día esas ganas de luchas por todo, esa entrega por el juego, contándome cada vez que llega de entrenar, lo que fallo, lo que gano. Y yo lo escucho con una sonrisa enorme, transmitiéndome esa alegría que siente.


Es por eso que comparto la historia de Mi Novio, para que valoren cada instante de sus vidas, así como el lo hizo.


Te amo!

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